martes, 9 de junio de 2015

Muse - Drones

Ph: Hans-Peter van Velthoven


Drones en el cielo, en las alturas, en paisajes, en estadios de fútbol, y ahora en la música. 


Drones es el séptimo álbum de estudio de la banda inglesa, Muse. Aquello que comenzó a gestarse luego del recital multitudinario ofrecido en Roma, Italia en julio del 2013 - que luego se editaría como DVD - fue estrenado hace cuestión de horas bajo los sellos Warner Bros. Records y Helium-3, y producido en conjunto por Robert John "Mutt" Lange y los propios músicos.

El trío británico presentó nuevo material luego del lejano y agridulce The 2nd Law del 2012. Todas las miradas fueron acaparadas por ellos. No es para menos. "¿Para qué lado van a apuntar esta vez?", "¿Volverá la riqueza instrumental?", "¿Seguirán con el dubstep?", fueron algunas de las preguntas que rondaron.

Obviamente que no hay verdades absolutas para ellas, pueden variar muchísimo dependiendo de cada oído. Pero mientras buscamos esas respuestas generales, vamos a ofrecer el propio punto de vista. Lo que no creo que esté en duda son las ansias con las que se esperaba este cd. Porque por más que los últimos dos estrenos no hayan dejado el listón muy alto, siempre está el derecho a sorpresa y retractación.

Pero no fue este el caso. No hubo tal sorpresa. O quizás por momentos sí, pero no los suficientes. Hay canciones buenas, otras no tanto, y hay canciones malas. O malas para Muse.


Dead Inside y una fórmula similar a Radio Ga Ga, de Queen, con quienes se los compara en más de una ocasión: una batería inmutable y constante, teclados y atmósfera de discoteca, algo que ya han explotado bastante últimamente. Positivo inicio para el long play de todos modos.

Luego, la explícita y boca-sucia Psycho con su riff reciclado y sin novedades, emociona un poco a los oyentes. Es donde más se encuentra razón para las declaraciones en las que se dijo que volverían a sus raíces más roqueras en este disco. No mucho más que eso. Los falsetes de Matt Bellamy -cantante y guitarrista- en esta oportunidad restan y suenan irritantes.

Mercy juega con melodías al mando del teclado que harán tronar las palmas de los estadios que llenarán en su nueva gira. Tampoco hay novedad, es algo que se transforma tedioso de decir, pero más tedioso aún para los oyentes. Para alguien que se incorpora recientemente a la escucha de la banda, esto le parecerá genial. No hay dudas de que lo cualitativo está. Falta esa pizca de originalidad que haría más disfrutable la experiencia a los seguidores mas antiguos.

En Reapers es donde probablemente encontremos algo de lo mejor de Drones. Por lo menos vuelve el Bellamy guitarrista y encargado un poco más de su instrumento. Hay tapping y algún que otro solo sin mucha inspiración con sonidos similares a los de Tom Morello. Nada de otro mundo, pero que mejora notablemente con respecto a las anteriores pistas y renueva las energías para seguir adelante con la reproducción.

The Handler vuelve a un sonido más pesado. Una canción de siempre del trío. Bastante buena y con una voz que no excede ni sobra. No hay complejidad, pero es correcta. Esta vez, la simpleza, camuflada por el excelente Christopher Wolstenholme -bajista-, suman y mucho.


Cuando se esperaba que sea el punto de despegue para el tramo final, llega Defector. La canción menos honorable, por así decirlo, de las doce. Un riff cansador, coritos agudos otra vez y un guiño más a Queen. Tranquilamente puede ser una pieza descartada de The 2nd Law.

Revolt sigue la misma temática que la anterior. Más bien tirándose a un pop genérico, con uno de los estribillos más amigables y "radiables" de su discografía. Si el reproductor indicara que el artista intérprete es The Killers, no me opondría demasiado.

Aftermath parte con tintes de balada, con teclados haciendo de colchón para el acompañamiento de una guitarra gilmoureana. La voz de Bellamy se siente cómoda otra vez y la canción empieza a encarar para el lado de las emociones y la epicidad con los instrumentos in crescendo hasta desvancerse.

Y llega The Globalist. La que esperábamos todos los que vemos los minutajes de las canciones antes de escucharlas. Y, por mi parte, siempre me entusiasman las de larga duración: un clima desértico, compartido por un silbido, al que lo taparán un suave repiqueteo en el redoblante, una guitarra acústica y un punteo delicado.

Hasta el minuto 4:30, nos encontramos con uno de los puntos álgidos y mejor logrados del trabajo. Y aparece una grieta, a cargo de un riff distorsionado que nos trae una reconfortante cuenta de agresividad, pero que se interrumpe por una pieza de piano. Algo que seguramente disguste a los fans más añejos por cortar la posibilidad de reencontrase con el primer Muse, la más cercana en muchos años. De todos modos, si tenemos en cuenta las últimas composiciones, era predecible que sucediera algo como esto: una canción al estilo de una ópera rock. 10 minutos en los que hay muchas cosas para cortar.


El cierre está a cargo de la pista homónima del álbum. Un coro salido de cualquier parroquia con gusto a poco para concluír Drones. Y como un "concluír" antecede, siguen las conclusiones sacadas de lo escuchado:
  • Los reyes de la intensidad siguen insistiendo en la misma fórmula: las canciones que comienzan suaves y emotivas deben terminar en el clímax poderoso que ablanda sentimientos de la nueva camada de oyentes. 
  • Muchas secciones y riffs parecen reciclados de viejas grabaciones, e incluso de otras etapas. Hay canciones que tranquilamente podrían haber pertenecido al The 2nd Law, y otras al Black Holes and Revelations.
  • La producción da la sensación de un completo artificio en distintas partes del álbum.
  • Los coros son utilizados con distintas funciones y resultados: en algunos casos, como en Aftermath, suman calidad; en excepciones, como en Drones, nos transportan a una parroquia yankee; y en otros, como en Dead Inside, nos hacen ver la cara de Freddie Mercury.
  • Se percibe una mejora con respecto al anterior disco, pero se sabe que es una banda con mucho más potencial, que puede darse el lujo de explorar otros caminos y no recular penosamente sobre su misma trayectoria.

Lista de temas:
Dead Inside
[Drill Sergeant]
Psycho
Mercy
Reapers
The Handler
[JFK]
Defector
Revolt
Aftermath
The Globalist
Drones

1 comentario:

  1. Muy buena critica fede, no me dan ganas de escuchar el disco pero voy a hacer el esfuerzo de todas formas, jeje. te felicito, sos todo un periodista musical. xoxo

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