lunes, 25 de mayo de 2015

Stick Men

Mastelotto - Levin - Reuter


24/05/15- "Nos cuesta mucho improvisar", dijo Tony Levin, ayer por la noche en el Teatro Roxy de Mar del Plata, en el marco de la presentación de su banda, Stick Men. El sarcasmo con el cual lo dijo, despertó la risa de los espectadores, cómplices de su sentido del humor.

Tres años hubo que esperar para que este trío progresivo vuelva a la ciudad. La última visita fue en el 2012, y el escenario fue la sala Astor Piazzolla del Teatro Auditorium. Esta vez le tocó al Centro de Arte ubicado en la calle San Luis.

El tridente en cuestión, está conformado por Tony Levin, revolucionario bajista y uno de los que popularizó el uso del chapman stick, reconocido por sus trabajos con King Crimson (donde actualmente se desempeña), Peter Gabriel, John Lennon, Steven Wilson y Liquid Tension Experiment, entre tantos otros; por Pat Mastelotto, baterista de renombre por su participación en la banda de rock Mr. Mister y por formar parte de King Crimson desde 1994; y Markus Reuter, músico y productor alemán de diversos géneros, célebre por ser uno de los precursores en el uso de la Warr Guitar, instrumento similar al chapman stick, ya que se ejecuta mediante tapping.

Los tres músicos, sin dudas, tienen un factor en común: la admiración por Robert Fripp, líder intelectual y compositivo de King Crimson. No hace falta más que ver la lista de temas que ejecutan en cada una de sus presentaciones para entender su fanatismo por el experimental guitarrista.

Pasadas las 21:30, las luces de la sala se atenuaron y unas melodías in crescendo aparecieron para dar pie a la aparición de Reuter, quien aportó notas que tornaron sombría la atmósfera . Ya con todos los presentes espectantes, saltaron a escena Levin y Mastelotto. Mientras uno desenfundaba su instrumento, el otro se posicionaba en su butaca detrás de su kit percusivo.


De entrada nomás, Vroom Vroom, de la ya mencionada banda de rock progresivo, empezó a sonar, lo que acrecentó la ansiedad de los oyentes. Parecía prometedor para las casi dos horas que le seguirían, no era para menos. El español forzado del líder del grupo hacía amena la charla con el público, e incluso se animó a doblar a este idioma una canción de su álbum Deep: la melancólica Crack in the Sky, la cual tradujo como Grieta en el Cielo.

Mastelotto se llevó todas las miradas con su sinfín de alternativas a la hora de tocar su batería. Los sonidos electrónicos que desplegaba, los pads sensibles y el uso de diversas herramientas para crear nuevas sonoridades (como un arco que frotaba los platillos) daban la impresión de una banda sonora gigantesca en torno a su imagen.

De propia autoría tocaron escasas piezas, entre ellas, Soup, ya habitual en sus repertorios, la cual va tomando cierto conocimiento entre quienes vieron a la banda en más de una oportunidad. Luego se ocuparon de versionar y zapar sobre composiciones ajenas: tocaron Breathless, de la etapa solista de Fripp, e incluso unos movimientos de The Firebird Suite del compositor y director de orquesta ruso, Igor Stravinsky.

En una entrevista con Marcelo Gobello, Levin dijo: "Somos tres, pero tratamos de sonar como seis sobre el escenario". Y sin dudas el objetivo es cumplido. Son intérpretes muy versátiles y tienen a su alcance una infinidad de opciones, lo que hace posible que cubran una amplia gama sónica.

Si bien el show hubiera sido más espectacular con una iluminación acorde y sincronizada con algunas secciones de la música, es innegable el talento desplegado. La audiencia, en cuyos tímpanos aún resonaban melodías de Larks' Tongues in Aspic, se los hizo saber con aplausos y más aplausos. Levin, Mastelotto y Reuter han maravillado, otra vez.


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